Debate a medias
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Ernesto Silva
Por más de dos horas y en un foro organizado por la Asociación Nacional de Prensa (ANP) en Coquimbo, presenciamos la semana pasada el primer debate entre los candidatos al sillón de la Moneda, obviamente con la ausencia de Michelle Bachelet. De este encuentro surgen algunas inquietudes.
A casi un mes de las elecciones, sólo una de las dos candidatas con más posibilidades de llegar a la Presidencia concurrió al debate y presentó su programa. La otra, Michelle Bachelet, se restaba aludiendo a problemas de agenda. Nunca un candidato presidencial puede tener problemas de agenda para debatir con los otros candidatos presidenciales. Es un estándar mínimo de compromiso democrático y de contribución a las propuestas por el país.
Esta ausencia no sólo se da en este evento puntual. Hoy, la inexistencia de un programa de gobierno de la oposición impide conocer las medidas que la candidata Bachelet cree son las que se deben implementar en nuestro país. Hasta ahora, se han presentado 50 anuncios, alejados de una propuesta consistente y contundente en ideas, hecho que evidencia la falta de consenso que se vive en el conglomerado opositor.
La lamentable ausencia de Bachelet muestra miedo a contrastar el fondo y deja abierto el espacio a que los slogans y consignas estén por sobre las ideas y propuestas en miras al futuro de Chile.
La semana pasada escuchamos miradas muy diversas, unas con más sustento y seriedad que otras, como lo fueron las respuestas de los candidatos del PRO y del Partido Ecologista Verde, que aun cuando considero muchas de ellas equivocadas, no siguieron la lógica de ser un cóctel de populismo y acusaciones sin mirada del Chile real. La postura más estructurada y con fondo la presentó Evelyn Matthei, quien desarrolló sus ideas de forma clara y tranquila, siguiendo lo establecido en su programa de gobierno.
El debate evidenció la rabia, liviandad y oportunismo con que algunos candidatos decidieron usar su tiempo -muy acotado dado el formato establecido-, primando la búsqueda de segundos con frases fáciles en vez de entrar a un intercambio real de ideas y visiones del futuro de Chile.
A pesar de todo, el hecho que haya habido un debate fue un aporte, y es bueno para la democracia que existan.
Es de esperar que en el siguiente, y especialmente en la segunda vuelta, se puedan contrastar de verdad las ideas que Evelyn Matthei y Michelle Bachelet tienen para Chile.